lunes, 31 de diciembre de 2007

Miles de soles

No sé si os habrá ocurrido alguna vez...
Llegas a un sitio, y de pronto ves que la luz del sol es distinta a la de tu tierra: la forma en que los dorados iluminan las piedras de los edificios, la manera en que el sol ilumina los árboles verdes, la luz que cae sobre las personas que te rodean. Y te enamoras de ese sol en ese punto del meridiano en el cruce con aquel otro paralelo. Y pasas el resto de tu vida intentando que ante tus ojos se vuelva a iluminar todo con la misma luz que una vez viste. Porque soy consciente de que todos tenemos un sol así, y que nos damos cuenta de ello cuando nos encontramos en un lugar extraño, y añoramos nuestro sol. Y hoy, me he sorprendido mirando por la ventana y sonriendo. Me agobian los exámenes y los trabajos, que se acercan, y sin embargo, ha sido como tener una pequeña selva detrás de casa donde alejarte de la contaminación [hoy no puedo dejar de explicarme por metáforas...]. Pero hoy ha sido la conjura de un cielo especialmente azul, y un vacío de nubes que dejaban que el sol reposara en las montañas que se ven desde aquí. Me ha traído agradables recuerdos: no es el sol de Florencia que tanto anhelo, y que me he visto persiguiendo alguna vez, pero sí era el sol de aquella niñez en la que en las tardes de primavera jugaba con mi padre en unas pistas de tenis y frontón en un oasis. Y siempre me dejaba ganar. Me he dado cuenta de que en realidad eso era felicidad. Es como una vía de escape. A veces sueño con coger una bicicleta, y coger del garaje una raqueta y varias pelotas, y pedalear hasta llegar a aquel lugar. Hace tiempo que mi padre dejó de jugar conmigo al tenis, pero ójala algún día quisiera desempolvar su vieja raqueta. Seguro que me ganaba.
Será que todos nos hacemos mayores...
Me han llegado a la mente diversas imágenes, relacionadas con ese sol y ese cielo.
Será porque hay miles de soles fuera.

Espero que todos encontréis el vuestro.

[Dadme tiempo y pondré la foto de mi sol. Feliz Navidad a todos/as]

Ride (Cary Brothers)

sábado, 22 de diciembre de 2007

Llévame

No puedo descifrar el código que guarda mi corazón:
la clave está dentro de ti, tu amor es mi redención.
Espérame necesito tu querer aunque siempre soy fuerte
confío no me dejarás caer

Llévame al fondo del mar,
llévame al quiebre de un manantial,
llévame donde te guíe el viento:
te seguiré sin miedo a andar... con tu amor podré llegar.

Cierra tus ojos mientras capa a capa mi alma se encuera:
como un tesoro escondido ya se debe revelar.
Espérame necesito tu querer aunque siempre soy fuerte
confío no me dejarás caer.

Llévame al fondo del mar
llévame al quiebre de un manantial,
llévame donde te guíe el viento:
te seguiré sin miedo a andar... con tu amor podré llegar.


Llévame (Soraya)

Hacía tiempo que quería poner esta canción... por muchas razones. Porque dice verdades absolutas, hechos que ocurren,... Porque funciona como un engranaje: de pronto hay algo que escuchas y que hace que te des cuenta de lo que llevas intentando ocultar durante mucho tiempo. Porque son ese tipo de cosas que hasta que no te las dice alguien, no quieres creer. Escuché la canción varias veces, sin prestar atención más que a la música... Pero cuando de verdad entendí lo que quería decir la letra, fue como una pieza que encajaba. "Como un tesoro escondido ya se debe revelar". Porque en su momento, a mí me sirvió para "ver" donde no quería mirar, para "escuchar" lo que quería callar...
Porque hoy he vuelto a escucharla, con la misma sensación, con la misma intención: para ver si de nuevo funcionaba como una pieza que me ayudara a encajar mis pensamientos. Porque volví a hacerlo: volví a intertar tapar lo que no quería ver, y callar lo que no quería oir. Pero da lo mismo. Sigue siendo igual. Sigo sintiendo lo mismo por tí. Esa Irene Adler a la que le firmaste aquel libro sigue sintiendo lo mismo. Sigo queriéndote (olvidar) querer. Sigo esperando que seas tú quien un día se dé la vuelta en la cama y me sonría. Y aunque mi mente te cambie el nombre, y mi corazón te llame de otra forma, sólo estarás tú.
Y sin embargo, dejé que te alejaras hace tiempo. Y sigo haciéndolo...

[Quizá algún día...]

jueves, 13 de diciembre de 2007

La especialidad

Lo tenía claro, ¡maldita sea! Sabía que quería ser arqueóloga, quería hacer Prehistoria y Antigua,... y estoy estudiando asignaturas de esas especialidades. Pero ahora veo que la Historia Moderna me pica la curiosidad, supongo que es bueno. Hablando el otro día con uno de mis profesores me dijo que lo que realmente importaba era que nos acabase gustando a los alumnos todas las etapas (cierta conversación que tuvimos, ya que yo me mostré en contra de memorizar la vida de Carlos V, por ejemplo... [y conozco deshonrosos casos...; hay que saber vivir, ¡por Dios!]... y acabé reconociendo que me estaba gustando demasiado su asignatura (Moderna Universal) y que eso se salía de los planes que yo me había marcado). Él no tuvo más remedio que sonreír y decirme eso: es que eso es lo bueno, debería gustarte todo. Y supongo que lo que dijo después me acabó tranquilizando: tú preocúpate por aprender de todo, que la especialidad ya vendrá luego. Palabras que realmente calmaron mi preocupación.
Y es verdad. Yo estudio Historia porque es una disciplina que abarca todo y no abarca nada...: porque estudias de todo, de cualquier época, y en el fondo, no acabas teniendo un conocimiento exhaustivo... sino algo general (o al menos la gente normal no nos centramos en eso, en la vida de alguien, y nos encerramos en casa, sin ver el sol salvo la excepción de salir de casa hasta la facultad...). Estudio Historia porque la concibo como algo atemporal: la Historia se hace todos los días,... y tanto o más lo es la Revolución Francesa, como las cabañas de las formaciones vacceas, o la Historia política actual. Porque a cada segundo se hace Historia. Bien, pues, yo no quisiera centrarme en nada por esa razón, porque amo TODA la Historia. Pero no puedo evitar las dudas acerca de la especialidad -especialidades...-. O siquiera sobre hacer un doctorado...
Supongo que todas mis dudas, mis preocupaciones, los agobios, se deben a que se acerca enero...y con ello los exámenes... y este año me había marcado unas metas que ahora las veo alejarse, por momentos.
No sé si es que todo es demasiado difícil... o yo lo complico demasiado...

sábado, 8 de diciembre de 2007

Balance

Hago balance del blog. Un poco, solo. Nació con la intención de contar muchas cosas. Pero lo más importante no es la intención en sí, sino el momento en que nació. Tras darme cuenta de algo que había estado viendo de lejos venir, y no me quería acercar por miedo. Y la verdad, sigo sin querer acercarme. Llevaba varios días meditando sobre esto, y la verdad, más que un disgusto, es un orgullo. Nació porque volvía a sentir la necesidad de contar algo. Como hace tiempo, gritar desde el silencio. Y en el fondo, lo que quiero es justificarme a mí misma.
Le puse ese título porque en verdad quería contar cosas de lo que estudio; pero aún no he visto la oportunidad, quizá por vergüenza a equivocarme, quizá por desconocimiento. Sé que callo muchas cosas que sé y que quizás fueran útiles para alguien. Y en el fondo, para lo que sirve es para contar cuentos con las palabras adecuadas. Para liberarme de estos pensamientos que me atan. Para buscar respuesta al eco de mis palabras. Deberías sentirte orgulloso por tener el honor de éstas. Por tener un blog que ha nacido gracias a ti. No logro evitar la similitud con un niño recién nacido, que en el mayor número de los casos, nace del amor entre dos personas. Esto no deja de ser algo que nació de nuestro amor. No deja de ser como un hijo. Quizás sea una similitud egoísta. Pero no deja de darme alegrías, y que me desvela...

[Escapábamos de todo, y me ayudabas a pensar, a pintar la realidad; siempre fuiste fiel, los mayores dicen que de ti me enamoré. Siempre estabas junto a mí, en mi mente revolviendo todo, y esperando verme sonreír].

jueves, 29 de noviembre de 2007

Mil miradas

Sí, si...se han cruzado mil miradas (NUESTRAS) en menos de tres horas. Mil no, pero al menos cien sí. Será lo mismo obsesión mía. Felicidades por tu ponencia. [Te quiero... aunque quizás suene personal y burocrático...; pero es que te quiero].
[Sonreir te sienta tan bien como a mí verte hacerlo; me alegras el día].
(Mañana quizás hable de Irene Adler)...
[Hoy por lo pronto no puedo despejarme de esas sonrisas a medias tintas que me has brindado, ni las miradas con las que hablábamos sin decirnos nada...]; ahora soy yo la que está sonriendo. ¿Será contagioso?


Déjame que coja con pinzas cada una de esas mil miradas, y las junte con las sonrisas... para poder ver tu cara por todas las exedras...

Uno de tus cordones


Mientras hablábamos de cosas banales, has aparecido con tu maletín de cuero claro por las escaleras en compañía de otros dos colegas. Bajabas divertido las escaleras que nos separaban. Y yo te he mirado como cuando se busca con la mirada a alguien, con ojos curiosos [como siempre te miro sin poder evitarlo]. Y sé que la imagen se movía muy lenta, y nuestras miradas se han chocado dos veces. He supuesto que mis mejillas se sonrosaban, así que he vuelto a la banal conversación, sin dejar de oir tu voz entre tanto ruido. Sonaba silenciosa. [Esa sensación de que una persona irradia luz, incapaz de describirse, pero con tantos matices subjetivos... sí, así era...]. Has pasado por mi lateral, pero no nos hemos tocado [aunque era lo que más anhelaba en verdad]. Ibas charlando animadamente con ellos, y deseaba ser una más en tu contubernio, intercalar palabras contigo. Ibas hablando divertido, posando tu brazo sobre uno de ellos en señal de camaradería, quizás recordando viejas vivencias. Y te he seguido. Con la mirada. Cuando yo he llegado (y el resto de gente que gritaba temas banales iba detrás mío...; en verdad yo tenía prisa por llegar de nuevo al Aula Magna). Y no he podido evitarlo una vez más: te hu buscado con la mirada, sin poder parar hasta no encontrarte. Estabas abajo, respiro aliviada. Eso significa que te quedarás a escuchar la ponencia de tus colegas. Y me sonrío [como te sonrío a ti siempre..., sin poder ni querer evitarlo]. Cuando han regresado mis compañeras, hemos buscado sitio cerca del estrado, yo con más intenciones que el mero hecho de prestar mayor atención a la conferencia (por otra parte, interesante). Y te has sentado a escasos cuatro metros [...mis nervios a flor de piel... Es difícil que parezca que nada ocurre mientras tu alrededor está lleno de gente; es difícil fingir que nada te afecta, porque todos somos humanos... comprensible]. Allí estábamos: la sala abarrotada, cerca de 300 personas, pero yo me sentía más sola que nunca. Y tú, sonriendo a todo el mundo. Has escuchado atento las ponencias de esa sesión, has charlado con otro compañero, comentando las jugadas mientras el resto explicaba. Lanzándote miradas y sonriendo a tu "acérrimo enemigo", mientras él y otro amigo se comportaban como verdaderos niños. Esas miradas. Cambiabas de postura, te apoyabas sobre el brazo; tosías... Te sentabas de una manera, te cansabas, y cambiabas de postura... Pero sobre todo, tamborileabas con los dedos sobre la mesa, y jugueteabas con los cordones de tus zapatos. ¡Con gusto yo habría dado media vida por ser uno de esos cordones...!

domingo, 11 de noviembre de 2007

Geógrafa

Ayer decidí que quiero hacer Geografía también. Geografía e Historia. Sé que si no lo hago, me arrepentiré en lo que me queda de vida de no haberlo hecho. Y la verdad, no quiero renunciar a estudiar algo que me gusta. No sé lo que me ha llevado a tomar verdaderamente la determinación, pues llevaba ya un curso entero rondándome la cabeza. Y en el fondo lo que me faltaba era decidirme. Tirar la moneda y que cayera del lado que quería, inconscientemente. Quizá ha sido la práctica de este fin de semana, en Cáceres y Salamanca: me lo he pasado tan bien que yo quiero pasármelo igual en un futuro, con mis alumnos y alumnas. La verdad. Y he de decir que la vitalidad de mi profesor al explicar los conceptos, al hablar de todos esos términos geográficos....es lo que me impulsa a pensar que yo también puedo ser así. Hay profesores a los que les gusta dar clase (como al mío), que le ponen energía y ganas, y que se emocionan al hablar de su campo de estudio; y otros a los que simplemente están en la Universidad por la investigación, a los que les "obligan" a dar clase, o simplemente, que no ponen ese ímpetu sano que tanto agradecemos los alumnos y alumnas. Supongo que en lo que en su momento fue aquel impulso por parte de mi profesor de Historia de 4º de ESO, y al que le debo tanto en esta vida que no sé cuándo se lo pagaré, es lo mismo en este momento. Un profesor puede ser más impersonal o menos, y llevarse mejor con los alumnos, o peor. Y en el mejor de los casos, dar confianza a un alumno o no. Pero en el fondo, lo que agradezco es que hable de cosas con las que yo también me emociono.
El año pasado me aturdía la idea de pensar "¿me habré equivocado de carrera, sí, no....?"; pero he solucionado esa cuestión de la manera más honrosa posible: estudiaré las dos cosas. Porque me emocionan ambas. Porque amo tanto la Historia como la Geografía.
Hoy me enorgullece decir: mañana seré historiadora, y geógrafa también.

martes, 23 de octubre de 2007

¿Sigues ahí?

Eso es lo que yo me pregunto. La gente, ¿sigue ahí? Porque en el fondo me da la sensación de escribir para nadie. Y si acaso entráis alguien por estos lares, ¡dios mío...!, firmad o algo, que al menos me entere yo...

Me uno a una de tus conferencias.

sábado, 20 de octubre de 2007

Atlas de geografía humana


No es mi intención mantenerme despierta hasta que salga el tren. Pero la verdad es que no tengo sueño, más que nada, porque son muchas las cosas en las que tengo que pensar. Una de ellas es el hecho de ver que nuestra vida gira en torno a muchas cosas. Es curioso, pero me siento como Jim Carrey en "El show de Truman": recortando fotos para lograr componer tu cara. Y la verdad es que la tónica de las películas que últimamente veo es esa. Lograr encontrar a alguien que se parezca a ti, o que, al menos, pueda entremezclar para componer tu rostro y contemplarlo en el duermevela. Llámalo Ed Harris, o Alberto Jiménez. Lo que sé es que eres tú. Son tú. Sobre todo Alberto Jiménez, magnífico en el papel de Martín en Atlas de geografía humana. No sé, es una película que dice tantas cosas similares a lo que nos ocurre cotidianamente que en el fondo nos convertimos en los propios personajes. Quizás esto sea un experimento, como el de Carrey. Quizás todos formemos parte de esa gran película que ya Gasset mencionaba refiriéndose a la interpretación de la vida en una escena de teatro. Ha pasado una estrella fugaz, y por no querer atreverme a pronunciar esas palabras, he pedido algo más genérico. Y que en el fondo sé que si me lo propongo, lo lograré.



[Lantana: Imaginarte]

miércoles, 17 de octubre de 2007

Monotonía de lluvia tras los cristales

La vida pasa sin que nos demos cuenta. O sin que queramos darnos cuenta. A veces el tiempo vuela, corre, o simplemente, te das cuenta de que existe por el hecho de que lo vas perdiendo. Cuando el tiempo se agota es cuando logras ver lo necesario que es. Hoy bajaba corriendo a la facultad, y ¡vaya por Dios!, la Ley de Murphy: perderé el autobús cuando más prisa tenga; la mochila se abrirá en dos cuando logre divisar un bus y correr tras él; mi móvil se golpeará contra el suelo, lo que me hará ver que la mochila hace tiempo que se abrió, y tener que volver rastreando el suelo (sí, por consiguiente, el bus pasa a mi lado sin yo montarme en él y en dirección contraria) para encontrar el estuche, los bolígrafos... etc. No sé siquiera cómo he logrado llegar a tiempo a clase. Y la verdad, ha sido providencia divina (¡mira que me encantaría poder sobrevolar Ciudad Universitaria!). Y el pobre de Miguel, con una tos del caraio, como diría un amigo. A punto de decirle: ¿quieres un caramelo? Pero mejor callarse, nunca se sabe si le sentará mal o qué que lo diga. Sin embargo, ha sido una clase magnífica. La verdad.

Impactante Luis Tosar, sólo nombrarlo. Quizás mañana dé más datos.

domingo, 7 de octubre de 2007

Ven conmigo a Kamchatka

Creo que nunca me había parado a pensarlo. Pero a veces era algo recurrente. Cuando amas una canción, cuando consigue hacer que la piel se te erice, que sientas un cálido escalofrío. Cuando hace que sonrías sin saberlo, o que te salte una lágrima. Es en ese momento cuando decides que una canción se la "regalas a alguien". Y digo regalar, porque en el fondo lo que hacemos es asignarle una canción a un momento, supongo que en parte para que funcione como una clave recordatoria: cada vez que suene esa música, que oigas esa canción, seguro que te acuerdas de algo o de alguien. Y sin darme cuenta pero queriendo, me he pasado toda la vida etiquetando canciones y regalándoselas a la gente. Es algo que me permite sobrevivir en esta jungla en la que hay que llevar tantos recuerdos a mano, en la que hay que tener la perspicacia en la lengua para evitar que el resto de babilonios te confundan. Hoy he decidido que me voy a ir a vivir a Kamchatka. Que nos vamos los dos. Y porqué no, tal vez escuchando una canción de fondo. She will have her way (Neil Finn).

Porque Kamchatka es el único sitio al el que se puede escapar.
Escapémonos juntos, como el Gran Houdini.

viernes, 5 de octubre de 2007

¿Y si pierdo el norte?


Eso es lo que quiero yo saber, si lo voy a perder. Porque no hago más que verte en todas las esquinas de las calles. O es mi imaginación la que me juega una mala pasada. Tengo ansia de verte, de sentir tu olor, tu piel. De oir de nuevo tu voz.

No sé cómo decirte que eres tú quien alegra mis mañanas. Quien me cuida cuando me siento sola. Quien me escucha.

¿Si en el fondo fueras uno de nosotros? Alguien terrenal, alguien capaz de amarme como yo a ti. Haces que te enaltezca como a un dios, como a alguien imposible de alcanzar (y en el fondo es verdad). Pero es algo que no puedo evitar. No puedo. Y en el fondo no le encuentro una razón de ser a esta pena y a este amor tan grande que me ata. Que hace que me arrodille y llore.

Si fueras tú quien condujera aquel coche a casa, quien paraba en la lluvia a recogerme...

No lo sé. Hay veces que pienso que somos injustos. Porque al igual que sentimos algo hacia alguien, quizá un completo desconocido, o una chica que se te acerca en la calle, o que simplemente estaba sentada frente a ti en el metro, puede sentir por ti lo mismo que tú por otra persona ajena. Y quizá ellos y ellas también se sientan engañados. Ya no sé si por nosotros, o por ellos mismos. A lo mejor es egoísmo, ya que nosotros vamos tan centrados en otras cosas, o yo en ti, que ni siquiera veo lo que ocurre a mi alrededor.

Me he dado cuenta que hay veces que estoy haciendo la compra, o simplemente, viendo ropa, o en el bus. Y que hay algo, hay alguien que me aleja de la realidad, de tanto ruido, tantas prisas, tanta gente. Tú, Santiago, eres el que me aleja de todo. Y seguirás alejándome para acercarme hacia ti. Inevitablemente. Pero siempre consentido.

Si pierdo el norte, sé que tú estarás siempre al sur.

[One of us - Joan Osbourne]

viernes, 28 de septiembre de 2007

Prometo

Aunque desde un principio el curso pasado me propuse escribir sobre la Historia, sobre lo que me interesa y sobre lo que siento y quiero decir al mundo, me veo en la obligación de decir que me he limitado a escribir únicamente sobre lo que siento. Y he de dar una explicación. En parte, y sólo en parte, se debe a mi miedo a equivocarme. Por ello, el día que empiece a mezclar todo esto con lo que estudio será el día que pueda contrastarlo y sea del todo verídico. Así que deberéis esperar a que estudie de nuevo (¡que ya queda poco para que empiece de nuevo el curso!). Por lo pronto, prometo, y tengo en mente, dedicarme a este blog, así como bien dije al principio, a contar un poco de todo. Gracias.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Lo que me inspiras

Ternura. Un gran sentimiento de ternura, José. Tanto te amé como te odié, aunque sin querer reconocerlo. Y ahora que estás mal, no sé cómo decirte que te quiero. No, que te quise. Ahora lo que quiero es ayudarte. De repente tu voz sonaba tan melancólica como aquella vez que me llamaste, preocupado. Y me dijiste que te había alegrado el hecho de oir mi voz. Tal vez mi cometido sea ese: darte ánimo en tus peores momentos, y alegrarme cada vez que tú seas feliz. Y de veras que me alegro. Quiero pedirte perdón, redimir mis culpas, expiar mis pecados. Pero sobre todo, quiero que sigas a mi lado. Aunque sea como amigo.

El comienzo siempre es duro, y los finales son siempre tristes. Pero debes saber que entre medias siempre hay miles de momentos que merecen la pena. Te lo aseguro.

Nunca sabré cómo agradecerte que estuvieras ahí, y que supieras alejarte. Y yo siga estando aquí. Muchas veces es necesario hablar. Bien pues, yo siempre te escucharé.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Scratch

Kendall Payne lleva razón, como Brandi Carlile. Siempre. No sé qué me pasa de nuevo. Será el anhelo éste que tengo, que me hace un nudo en el estómago cada vez que veo tu imagen. No sé de quién son esas miradas que me devuelve el espejo del baño cada vez que paso por delante. Ni me concentro en los días, ni en las noche. Ni duermo, pero tampoco me desvelo. Es cansancio, pero que en el fondo no me disgusta. El aire sigue estando viciado, no sé si de ti, o de mí. Sin embargo, cuando te veo, me siento completamente libre. Es una sensación que pocas veces tengo, y que agradezco. Tal vez, un día cuando me levante, seas tú el que me esté preparando una taza de café, y yo te dé los buenos días. Ese aroma tuyo que vicia mi aire. Quizá sea en un desierto de arena, o en una gran ciudad. Quizá suene la brisa que agite aquellas ventanas del hotel de Amalfi. O quizá el mar, acercándose. Son esos detalles los que anhelo más que mi propia vida quiere tejer una red. Tal vez seas tú el que le tengas que decir a la luna que salga esta noche. O seas tú el que deje los besos en la mesilla de noche cuando me vaya a dormir. No sé qué me das, pero algo es. Algo que me deja perdida en este mar. Scratch...

[Kendall Payne - Scratch]

jueves, 13 de septiembre de 2007

Acabar para volver a empezar

Eso es. Acabar primer curso para poder empezar el segundo. La verdad. Me siento cansada y necesito acabar todo ya. Y a la vez que cansada, avergonzada un poco por las notas de este año: quizá no me he esforzado lo suficiente. O quizá lo que debiera, no lo sé. Lo que sí sé es que el año que se acerca tengo que centrarme, desde el primer día, para que luego no me pille el toro, como se suele decir. Un horario imposible, lo sé, pero quizá sea lo que tengo que hacer. Es necesario. Es más que eso. Es lo que quiero. Y quizá sea mi momento. El momento de hacer todo eso.
Si me lo planteo, y me pongo en ello, sé que puedo lograrlo. Otra cosa es que lo consiga. Y tengo muchas esperanzas puestas en que así sea.
Y lo que tengo claro es que aunque las notas no son lo más importante, sí son necesarias. Y más que eso. Lo hago por mí, por necesidad. Por querer ganarme a mí misma.
Por eso. Y por más cosas.
Sé que la Historia es aprender a enseñar, y mostrar a la gente. Y la verdad, la vida da lecciones muy buenas.
Me interesa la Geografía, y creo que al final sí que acabaré haciendo también la carrera. Sólo me hace falta tiempo. El primer año se entiende que no te esfuerces lo suficiente. No se entiende, pero quizá si lo comprendan los estudiantes que lean esto. Sin embargo me tengo que poner las pilas. Que oportunidades como la de este año no se me van a dar más veces.
Por cierto. Estabas igual de guapo que siempre, quizá más moreno. Se nota que la playa sienta bien a todos.
Quiero acabar para volver a empezar de nuevo.

miércoles, 29 de agosto de 2007

Busco

La paz de la palabra inusitada. El silencio que quiero que me invada y me proteja. Y sobre todo, busco que me quieras de nuevo. Ahora sé lo que quiero. Días de desenfreno, diversión, lujuria y tristeza, pero ahora que han acabado, sólo quiero que tú me quieras. Sigo sin saber quién eres "tú". Más que nada porque sé que pronto lo descubriré.
Ahora afronto lo poco que me queda de tiempo estival para trabajar, estudiar y vivir.

martes, 31 de julio de 2007

What can I say

¿Qué podría decirte hoy que no te haya querido decir ya? Y es que quiero gritártelo, a pesar de que estés lejos, y que no me vayas a oír. Quiero que lo sepas de una vez por todas. Oh, Lord, what can I say? (Brandi Carlile)

sábado, 28 de julio de 2007

Amanece que no es poco

Hoy al menos me he obligado a levantarme antes... asi que ahora podré decir: tengo toda la mañana para hacer lo que quiero. O más bien, lo que debo. Ponerme a estudiar ya en serio. Con el himno por delante, comienza la batalla.

viernes, 27 de julio de 2007

Mar de dudas


In memoriam. Por aquellos blogs que ya se han borrado y que decían lo que yo quería que saliera de mi boca. Por este sueño recurrente que hace que un mar de dudas me atormenten cada noche. Por ese himno de batalla que he encontrado, con el que renuevo cada día mis fuerzas. Pachelbel fue grande, muy grande. Y ahora tomo su Canon como canto a la esperanza de un mañana sin ataduras, con sosiego y calma de noches de verano. Hoy tuve una visión. Tú estabas a mi lado en aquel edificio blanco y frío, aunque fuera olía a jazmín. Pero yo no despertaba. Y todo por culpa de él. Pero ahora eso no importa. Me veo con un traje negro de noche, al lado tuyo, vestido con traje y corbata, junto a otros dos amigos tuyos, que estaban en el momento de mi caída. Y todos estamos escuchando atentos la canción. Es hermosa, ¿no crees? Es un gran espacio recubierto de moqueta roja grana, del que cuelgan leves luces fugaces, que poco a poco van suavizando el entorno. Todo está lleno de sillones isabelinos de terciopelo blanco y asas de caoba. La gente de la orquesta viste de negro, con esmoquin y pajarita negra. La atmósfera, mágica, advierte el tono de susurro de los violines, y de las violas. El clavicordio suena amenazante, pero no hace nada más que guiar al resto de instrumentos. Ese es mi sueño recurrente. Estar a tu lado en un concierto de música clásica. Poder llorar y emocionarme con los acordes de Pachelbel, de Mozart o de Verdi. Llorar de la emoción que me pudiera dar el estar yo en la parte del escenario, compartiendo ese momento con toda esa gente. Porque en el fondo todos somos músicos, y dirigimos nuestra vida que, en cierto modo, es como una gran orquesta, con sobresaltos e improvisaciones. Y sin embargo, todo calculado. Todo en su lugar.

Por ello he decidido luchar, he decidido cambiar. Quiero esforzarme en mi mañana, porque tal vez ese mañana me permita estar al lado tuyo en un concierto como éste. He decidido esforzarme para conseguir llegar a mis metas, para evitar que los demas se adelanten en mi vida, para poder llorar si hace falta, o gritar de alegría, al ver mis progresos. Soy egoísta, sí. No nos vamos a engañar. Me he cansado de ser la niña buena que se desvive por el resto del mundo y nunca hace nada por cambiar el suyo. Y si lo hace, está tan exhausta de ayudar al resto que no acaba de hacer bien las cosas. Y tengo claro que primero yo, después yo, y, si acaso, yo también. Al menos tengo ya las fuerzas necesarias. Me sobran los motivos, como dice Sabina. Me sobra tanta palabrería barata que no hace más que apesadumbrarme. Quiero ganar esta batalla. Ésta, y las mil que me quedan por librar. Porque en el fondo no quiero crecer. Quiero que todo siga así, por los siglos de los siglos.

Ahora es cuando ese mar de dudas se acaba deshaciendo en la espuma de mar, en la espuma de mis mañanas. Y digo mañanas, porque es algo grande lo que estoy planeando. Algo que cambiará mi vida. Algo para bien. Para mí. Porque hace tiempo prometí no defraudar, y no quiero que eso ocurra. Por esa promesa, y por las que me hago cada día, lucharé. Por mi amor. Por ti. Y sobre todo, por mi.

miércoles, 25 de julio de 2007

Ojala [Silvio Rodríguez]

La verdad que sigo sin tener que decir cosas...
O sí las quiero decir, pero quizá no sea éste el mejor momento.
Dejaré colgada al aire una canción...

Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin ti.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.

Ojalá se te acabe la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.

Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de ti,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.

[Ojala - Silvio Rodríguez - 1969]

viernes, 13 de julio de 2007

Actualizando

Es raro. Porque en verano me activaba y dejaba de hacer el vago. Pero ahora mismo lo que me apetece es tumbarme en la cama a no hacer nada. Pronto escribiré algo interesante.

lunes, 2 de julio de 2007

Creo en ti

Sigo usando la misma frase. La de la canción de Duncan Dhu. Es curioso, porque hace tiempo alguien me dijo que era su grupo favorito, y supongo que desde ese momento empecé a escucharlos. Y no me arrepiento. Porque tienen canciones que dicen todas esas cosas que alguna vez se piensan pero no sabemos decir. Porque creo que la música tiene el poder de exteriorizar muchas cosas. Cada frase, unida a la siguiente, conforma una historia nueva, una vida paralela que, queriendo o sin poder evitarlo, acabamos viviendo. Yo misma he forjado un mundo alrededor de nuestras canciones. No he podido evitar amurallar de notas y acordes mis sueños, en los que siempre estás tú. Mañana es como una despedida (¿mañana? mejor dicho, dentro de unas horas...). No sé si es demasiado tarde, aunque no me importa, tantas palabras existen, que debiera ser posible decirlo todo, pero no es así. Hoy descubrí que con todas las letras, de una u otra forma unidas, creo que no sabría explicar lo que con un beso te digo. Te digo lo sincero, te digo de ti que quiero, te digo de mi espera, te digo mereció la pena, ¡tanto lustro de aprender a decir: con un simple beso!. (Café Quijano, En mis besos)

sábado, 30 de junio de 2007

Me gusta

Despertar cada mañana, y ver tu cara pegada a la almohada. Levantarme, y con sólo cerrar la ventana, que caiga de nuevo la noche. Me gusta que respires sobre mi pelo, y me busques a tu lado. Sentir que tu brazo me rodea, para que nunca más me aleje. Me gusta sentir la luz del sol sobre los pies de la cama. Has enredado mi vida con hilos de oro. Has cubierto mi cama con pétalos de rosas. Has marcado la senda del agua, con tus pasos. Y hoy sigo las cartas que dejaste escritas en cada rincón. Me gusta que me digas que me quieres. Me gusta que te preocupes. Me gusta que quieras saber más de mí. Y sobre todo, me gustas tú.
Aunque sea en mis sueños, pero sé que te quiero, y tú a mí.
Y si es necesario, te defenderé a capa y espada. Y cubriré tus espaldas. Hoy me he dado cuenta que te necesito. Te necesito a mi lado. Y tú me necesitas al tuyo.

jueves, 28 de junio de 2007

A tu lado


[Soy consciente de que se va a dar una injusticia; en realidad tú no tienes la culpa... y la gente cree que sí; hoy además, han ocurrido una serie de cosas de las que no estoy demasiado contenta, así que ahora mismo ruedan por mi cara varias gotas saladas..., y más oyendo esa canción de Duncan Dhu que dice tantas cosas...No puedo evitar pensar en ti. Es algo que no puedo. No sé cómo salir de este pozo; y eso que ayer fue un buen día. Lo que cambia todo en segundos. Pero yo creo en ti....]

A TU LADO (Duncan Dhu - Piedras)
Pienso en ti
interminablemente en ti
quiero ser
una respuesta para ti
pienso en ti.

Creo en ti
inagotablemente en ti
como tú
que confiaste en mi saber
creo en ti
sólo en ti.

Y despertar, a tu lado
cada amanecer.
Y hacer rodar mis labios
sobre tu piel.
Creo en ti...

Estoy en ti
desesperadamente en ti.
Y hasta hoy
he aguantado sin hablar.
Estoy en ti,
sólo en ti.

martes, 26 de junio de 2007

Gracias (la pócima secreta)

No tengo palabras. Siempre estarás ahí. Serás único. Y me imagino en mis mil vidas salvándote. Es tu sonrisa lo que me atrae a subir tantas escaleras, a buscar tu fragancia en el ascensor. A esperarte en los pasillos, en las salas, tras cada esquina. Siguiendo ese olor inconfundible. Que hace que te quiera. Es esa manera de interesarte por los demás, por la vida secreta que cada uno llevamos encima. Tu tono de piel hace que yo camine por las mañanas, intentando recorrer con mis pasos los tuyos y buscar islas sin descubrir en las que dibujar un mapa en tu espalda, al sol los dos. Es esa extrema agilidad que hace que todo en esta vida se haga añejo, y hasta lo más joven pierda valor. Es esa voz la que me duerme por las noches, y la que me despierta por las mañanas. Es tu forma de caminar, con vitalidad, fuerza... que hace que mi mente me obligue a sonreir. Y sigo buscando aquellas exedras. Te doy las gracias por lo de hoy. Porque te lo agradezco de por vida.
No quisiera que esto se acabara, porque en mi mente siguen sonando aquellas canciones. Aquellas notas que me decías al oído. Aquellos versos que susurrabas tras mi pelo.
Sigo buscando en el viento tu respiración profunda, y el reloj que vas marcando con tus latidos.
No quiero que se acabe mi primer curso. No quiero seguir creciendo. Porque sé que si crezco dejaré de soñar con esas sonrisas.

[¿Qué pócima me habrás dado para que yo esté así?]

(Unstoppable, The Calling)

lunes, 25 de junio de 2007

Fini!


¡He acabado los exámanes! Y estoy feliz. Hoy creo que no se puede estropear el día (salvo por saber la nota de Antigua...). Casi que mejor la prefiero haber suspendido. Por vergüenza propia y ajena. De todas formas, tras el brillante examen (o eso creo) sobre fenicios y demás agitadores de masas y comerciantes de tres al cuarto, el becario (muy, muy guapo, por cierto), me ha soltado la respuesta de la última pregunta. Jugando al Veo-Veo...

Y juraría (a no ser que sea mi manía persecutoria y mi ego divinizado) que se ha pasado casi todo el examen mirándome. O al menos esos paseos decían eso. Y su olor me ha traído gratos recuerdos a Francia. A Dominique, mi padre de allí. No sé, era como si hoy me hubiera levantado allí, desde que ha amanecido hasta que he entrado en el aula a hacer el examen. Sí, olías igual. Seguro que el año que viene coincidimos en el archivo. Seguro...

miércoles, 20 de junio de 2007

Como hablar...


Es lo que yo te quiero decir a tí. Lo que sueño que oigas sin que mi boca emita esas palabras. Es lo que te susurro cada vez que pasas a mi lado. Porque te quiero. Más que eso. Quererte es poco. Y me voy a volver loca. Cómo decirte que me has ganado de poquito a poco, que llegaste por casualidad... Y es que son tus ojos aguamarina los que me detienen el corazón y los que callan mis respiraciones. Mi subsconsciente ha hecho hoy que te viera mirándome varias veces. O eso es lo que he querido ver. Me angustio. Pero sé que si tú estás al final del túnel, puedo salir. Cómo hablar, si cada parte de mi mente es tuya...Eso digo yo. Es el destino quien nos lleva y nos guía. Supongo que todo lo que dice la canción es verdad. Sé que te voy a defraudar (pensando en que me tienes en estima), pero, sin embargo, quiero (prefiero) que me suspendas... Y verte de nuevo en septiembre. Y ahí sacarme una nota muy alta. Para que te sientas orgulloso de mí. Porque te quiero. Y no quiero defraudarte. Me estás quitando la vida... Cómo hablar, si cada parte de mi mente es tuya, y si no encuentro la palabra exacta...¡Cómo hablar! Cómo decirte que me has ganado poquito a poco, tú que llegaste por casualidad...

(Eres demasiado guapo, y tu corazón es demasiado noble
para que seas de verdad...
Por eso, te quiero)

[Como hablar, Amaral]

¿Esperas que me quede mirando las musarañas?

De verdad. La odio. Y sólo quiero que deje de eclipsarme. A lo mejor me arrepienta de decir todo esto. No lo sé. Pero lo que ahora siento son sentimientos contrapuestos. Estoy harta. Quiero gritar, como el otro día. O llorar. [Y ahora aparece]. Ella sobra en todo esta Historia. Es competencia desleal que me hace sombra, y no sé si es lo que realmente quiere o qué. Sólo sé que en la selva tropical, el árbol al que tapan el resto de árboles, no crece. Se muere. Y yo no me voy a dar por vencida. Eso nunca. Porque te hice una promesa. Y a él. Y a mí misma. Yo aquí destaco. Por mis santos co...
Y esto quiere decir que el principio de esta carrera ha comenzado. Que ahora voy a escalar puestos. Porque aunque me he quedado rezagada, no voy a dejar que me pisen. Ni que me pises, sea esa tu intención o no.
¡Maldito examen! Que pena que siendo mi último día, esté así. Pero en verdad estoy cabreada. Me gustaría ser distinta. Pero es que siento que me están quitando de las manos lo que me va a dar de comer en un futuro. Y eso no puedo permitirlo. Lo juro.Seguiré estudiando, para que mis dos últimos exámenes de este curso al menos sean la llave de otras puertas. Para al menos darme el gusto de sentirme crecer. De ser siete veces más fuerte que tú. Y con la ayuda de mucha gente lo lograré. Pero con la suya no. El año que viene, no habrá tregua. Eso lo aseguro.
Nada más que decir. Aplícate el cuento.

(En mal momento te sentaste a mi lado).

domingo, 17 de junio de 2007

Dreaming (Bassboosa)

He encontrado la canción que quiere decir todo lo que yo quiero decir. Es perfecta. Como tú.

Must have been dreaming not sleeping
Must have been living not thinking
I let my hair down and let you in
Must have been roses that summer
It's the small details I remember
The way that you laughed
And your hands moved me
You'll keep me warm forever
You gave me space to be
And though you're gone
I know you're dancing
In the next room
It wont be long
Until I'm dancing with you
Cos I never felt this way before
Must have been singing not speaking
Must have been waving not drowning
In the afternoon sunlight
You kept smiling
And I was so happy I found you
You got me spinning around
You got me upside down
You got me
[Dreaming, Bassboosa]

viernes, 15 de junio de 2007

Quiero gritar

No quería que esta entrada fuera la que siguiera a otra como la tuya. Pero no puedo evitarlo. ¡Quiero gritar! Me siento eclipsada por otra persona. Porque siempre que hago algo, ella lo hace mejor. Y a mí eso no me gusta. Quiero destacar, pero no por mis malas notas. ¡Quiero gritar! Hoy quiero enseñaros mi lado más humano. Siento ira, rabia, odio. Y tristeza. No me puedo fiar. Lo que yo quiero es superar a los que me rodean (sin ínfulas ni pretensiones). Ya me lo habían dicho: "nunca intentes comparar..."; hoy me aplico el cuento. Queda, por tanto, demostrado que debo luchar por lo que quiero. Y lo voy a hacer desde hoy mismo. Mañana a las once de la mañana, seré algo más. Me siento arder en el infierno, pero no soy yo la que debe estar ahí...Siempre me quedará aquel piano y París...


[¿Porque me siento tan inferior? Quiero autoestima...]
(Escuchando "Cherry Lee", Dover)

martes, 12 de junio de 2007

Y sonreías...

Me sentí extraña en tu despacho. ¡Quién hubiera dicho que eras una pesona tan distinta! De veras, fue una grata sorpresa. Muy grata. Yo tenía miedo de entrar. Pero tú dijiste con voz serena "Adelante". Estabas ocupado en un mail, que dejaste a medias tras girarte sobre la silla de despacho y mirarme a los ojos. Azules. No sabía que los tenías azules. Y tu sonrisa, tampoco la había visto nunca. O sí, pero de lejos. Eres demasiado agradable. Eres acogedor y familiar cuando no estás en clase. Te cambia la voz, la verdad. Y esa indiscrección del botón de la camisa desabrochado, no me lo esperaba. Pero no pude evitar mirar. Me costó concentrar la vista en tus ojos. Me sentí indefensa. Pero a la vez te tenía tan cerca. Tanto que no me hubiera importado saltar al vacío con tal de ver esos ojos al final. Sentí como de nuevo tenía fuerza para hacer todo lo que quiero. Funcionas como un motor en mi vida. Haces que gire la cabeza esperando verte en las exedras de las puertas. En las esquinas de tus sonrisas. No es miedo lo que me inspiras. Sino paz. Una tremenda paz.


[Escuchando "Forever Young" (de la discografía de O.C.; la versión nueva]
(¿Habrás hecho un pacto con el diablo para mantenerte así?)

jueves, 7 de junio de 2007

Echo de menos...

...a tanta gente. Es curioso, porque ahora es cuando más necesito hablar con ellos, que me escuchen, que me compadezcan, que me mimen. Necesito que me aconsejen, que me guíen. Quiero su aprobación, ver que todo lo que hago de alguna manera les hace sentirse orgullosos de mí. Cuando se fueron lo pasé mal. Y sigo a veces despertándome en la noche, con sus palabras, con sus miradas, con sus sonrisas y sus gestos. Y me cuidan en mi duermevela, como yo te cuido a ti. Nunca pensé que mis lágrimas más amargas fueran a derramarse sobre un cementerio. Ni que lograra borrar fotos con agua salada. Pero aún así, los mejores momentos quedan para siempre. Y su recuerdo, lo tengo muy grabado. Es algo que nunca olvidaré. Y que mostraré al mundo. Quedaron muchas cosas pendientes, que algún día lograré acabar. Como aquella canción, o aquella guitarra y sus acordes,... o volver a bajar al parque a jugar con la arena, como cuando era pequeña. Quedaron en el tintero muchas palabras, cuentos, historias. Y sobre todo, quedaron en el tintero muchos momentos. Momentos que no podré compartir con vosotros. Pero que, de alguna manera, estaréis a mi lado cuando los realice. Gracias.

miércoles, 6 de junio de 2007

No os conozco a nadie



No conozco a ninguno de mis amigos a fondo. Y apenas hoy me doy cuenta. Leyendo sus blogs. O viendo sus espacios. Y me siento patética. Porque creí saber todo. Y en el fondo no sé nada. No sé nada de nada en general. Me he dado cuenta hoy de muchas cosas. Ha sido un día largo. I don't love you. Porque quiero a otra persona. Quiero al que ahora me quita el sueño. O lo vigila, y se introduce en él. Y me cuida en ese duermevela. Y yo a él. Hoy he decidido grandes cambios. Algo muy grande. Demasiado grande. He planificado una vez más mi futuro, que es lo único que me lleva a mirar hacia delante. No puedo evitarlo. Eres tú quien lo guía. ¡Disfruta de Italia!
[Escuchando I don't love you, de My Chemical Romance]

lunes, 4 de junio de 2007

No sé si es demasiado tarde...


A veces pienso que somos dos completos desconocidos. Y es que en realidad eso es lo que somos, o al menos éramos hasta hace poco. Yo para tí lo seguiré siendo. Pero a ti te voy conociendo poco a poco. Y eso no quiere decir que no me cueste asimilarlo todo. Pero sí quiero decirte que me gusta que dejes de ser impersonal, para ser cercano.
Porque aunque me des las espalda durante el resto de tu vida, yo te seguiré queriendo. No quiero que esto suene melancólico. Pero sí que suene a sabias palabras. Que son lo que me legas. Lo que recuerdo en mi mente. Cada segundo, cada instante. A cada momento, cuando cierro los ojos, ahí te tengo. Y no puedo evitarlo. Quizá algún día leas todo esto por error, o por curiosidad, nunca se sabe. Lo que sí sé a ciencia cierta es que si logras reconocerte, te llevarás una grata sorpresa. Verás que no todos te ven como aparentas. Ni que tu apariencia es realmente lo que ves. O si así es como lo ven, yo no. Yo cambio todos los esquemas. Por ti me dejo caer al vacío. Y vuelvo a subir. Aunque en realidad eso poco importe. Pero sí a mí. Sí, porque te quiero. ¡Buen viaje!

Vaivén

Vas y vienes en mi cabeza. Te paseas. Cuando cierro los ojos, ahí estas, en nuestro hotel italiano. En mi imaginación. Y es que la verdad, no quiero que desaparezcas. He meditado todo acerca de mis proyectos de futuro, e ineludiblemente los he unido a tí. No he podido ni he querido evitar rechazar selecciones mentales de puertas que quiero abrir. Baudelaire no creo que fuera capaz de describir en sus Poemas las sensaciones ni los estados que yo padezco. Ni las emociones que me haces padecer. Es que en verdad he descubierto que te quiero, por encima de cualquier pero, y sobre todo, por encima de cualquier contradicción. Aunque esto no acabe en nada, déjame soñar al menos. Déjame que atraviese el duermevela de las puertas de tu corazón. Que no es tan oscuro y frío como dicen. Eso lo puedo asegurar...


[Me columpio, caigo y me levanto...; vuelvo a subir al columpio. Desde aquí arriba te veo más cerca... no te alejes nunca más de mí].

sábado, 2 de junio de 2007

Quelqu'un m'a dit

Es verdad. Alguien me lo ha dicho. Alguien me ha dicho que me he enamorado de tí. ¡Imposible! Podrías ser mi padre. Pero ya ves. Me fijo en la arista del cubo, en la esquina de las palabras, en el oval de las sonrisas. Me he fijado en quien no tenía que fijarme. Porque de la guerra a la paz hay un paso solo. Y de las batallas que ya llevas vencidas, incluyo la de las matinas. No sé si odiarme por sentir todo esto, o sonreir cada vez que veo mi reflejo. Porque no dejo de pensar en ese hotel italiano que huele a limones de Amalfi. Y en las sábanas de lino...


[Mientras suena "Quelqu'un m'a dit", de Carla Bruni]

jueves, 31 de mayo de 2007

Mi primer blog ha nacido

Mi primera entrada. Me he convencido de la necesidad de gritar a la gente muchas cosas, que a la vez guardo y callo en mis silencios. Un lema de una de las clases, hace varios años, fue "Grita desde el silecio". Eso es lo que voy a hacer yo. Gritar desde lo más profundo. Explicar. Dejar que el resto entienda. Y entender yo. Porque necesito contar muchas cosas al mundo.

Tal vez el nombre no sea lo más acertado, ni el tema, pero sí el hecho de publicar algo. Me entusiasma poder compartir todo esto. Y en principio, este blog no tiene ninguna finalidad. Simplemente, quiero hablar sobre mí. Y el que quiera leerlo, bienvenido. Si esperáis información sobre Historia, la encontraréis. Si queréis leer capítulos rosas de un diario secreto, quizás también. Y sobre todo, si queréis leer pensamientos, dejaré abierta la puerta.