miércoles, 2 de julio de 2008

Pachelbel

Sí, es verdad. Es precioso el Canon. Pero que no os engañen: esa melodía -repetida miles de veces- en canciones, cuyo tema central es de sobra conocido y versionado (sea rock, sea pop, sea clásica...), no suena como os imagináis. Parafraseando a un magnífico profesor de Moderna en una de las prácticas de este curso: no es una melodía de tardes de verano y primeros besos. No es tan empalagosa como nos la han vendido, el ritmo lento y ritardado de la mayoría de las versiones de orquesta no se acerca ni de lejos a lo que Pachelbel imaginó cuando la compuso: sólo con echar un vistazo a la partitura me daríais la razón. Y mucho menos se toca con piano, lento y sostenuto. Eso sí, queda bonita en la típica escena de película (recordad "Volver a empezar"). Tuve la suerte de escucharla una vez en directo al modo antiguo. Y reconozco que me fascinó. Este profesor lleva razón: la Historia, sin música, no es Historia (¿acaso seríais capaces de imaginarlo?... un pasado en silencio...; el boato de la corte moderna sin los conciertos de cámara, sin viola da gamba, sin trovadores ni troveros medievales, Guido d'Arezzo no habría existido...). Napoleón decía que la música es el más bonito de los ruidos. Y tal vez lleve mucha razón. La versión que dejo por aquí, bueno, no es exactamente lo que yo digo, sobran algunos instrumentos y demás: pero se parece bastante. Es sin duda barroco puro. [Esta entrada será modificada preceptivamente. Sólo era compartir aquí y ahora la canción...]