viernes, 5 de octubre de 2007

¿Y si pierdo el norte?


Eso es lo que quiero yo saber, si lo voy a perder. Porque no hago más que verte en todas las esquinas de las calles. O es mi imaginación la que me juega una mala pasada. Tengo ansia de verte, de sentir tu olor, tu piel. De oir de nuevo tu voz.

No sé cómo decirte que eres tú quien alegra mis mañanas. Quien me cuida cuando me siento sola. Quien me escucha.

¿Si en el fondo fueras uno de nosotros? Alguien terrenal, alguien capaz de amarme como yo a ti. Haces que te enaltezca como a un dios, como a alguien imposible de alcanzar (y en el fondo es verdad). Pero es algo que no puedo evitar. No puedo. Y en el fondo no le encuentro una razón de ser a esta pena y a este amor tan grande que me ata. Que hace que me arrodille y llore.

Si fueras tú quien condujera aquel coche a casa, quien paraba en la lluvia a recogerme...

No lo sé. Hay veces que pienso que somos injustos. Porque al igual que sentimos algo hacia alguien, quizá un completo desconocido, o una chica que se te acerca en la calle, o que simplemente estaba sentada frente a ti en el metro, puede sentir por ti lo mismo que tú por otra persona ajena. Y quizá ellos y ellas también se sientan engañados. Ya no sé si por nosotros, o por ellos mismos. A lo mejor es egoísmo, ya que nosotros vamos tan centrados en otras cosas, o yo en ti, que ni siquiera veo lo que ocurre a mi alrededor.

Me he dado cuenta que hay veces que estoy haciendo la compra, o simplemente, viendo ropa, o en el bus. Y que hay algo, hay alguien que me aleja de la realidad, de tanto ruido, tantas prisas, tanta gente. Tú, Santiago, eres el que me aleja de todo. Y seguirás alejándome para acercarme hacia ti. Inevitablemente. Pero siempre consentido.

Si pierdo el norte, sé que tú estarás siempre al sur.

[One of us - Joan Osbourne]

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