lunes, 25 de junio de 2007

Fini!


¡He acabado los exámanes! Y estoy feliz. Hoy creo que no se puede estropear el día (salvo por saber la nota de Antigua...). Casi que mejor la prefiero haber suspendido. Por vergüenza propia y ajena. De todas formas, tras el brillante examen (o eso creo) sobre fenicios y demás agitadores de masas y comerciantes de tres al cuarto, el becario (muy, muy guapo, por cierto), me ha soltado la respuesta de la última pregunta. Jugando al Veo-Veo...

Y juraría (a no ser que sea mi manía persecutoria y mi ego divinizado) que se ha pasado casi todo el examen mirándome. O al menos esos paseos decían eso. Y su olor me ha traído gratos recuerdos a Francia. A Dominique, mi padre de allí. No sé, era como si hoy me hubiera levantado allí, desde que ha amanecido hasta que he entrado en el aula a hacer el examen. Sí, olías igual. Seguro que el año que viene coincidimos en el archivo. Seguro...

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